miércoles, 25 de enero de 2012

UNA HISTORIA SIN SENTIDO

Mi habitación estaba llena de juguetes, y mi favorito era el soldado de la sonrisa infinita, tan valiente, y que le gustaba tanto bailar...Era perfecto. Pero tenía un solo defecto, su novia, la barbie veterinaria tenia por mascota a un delfín. Era graciosa pero no paraba de saltar y saltar.



La mayor ilusión de los dos era montar en barco, pero no en un barco arrugado. Desde él se imaginaban llamando al señor potato que estaría haciendo lo que más le gustaba, magia. Sería algo amarillo. Hablarían del perro amarillo, de sus sueños, y de como quedaría muy bien un columpio en la sala de juguetes, aunque también un coche no quedaría nada mal... ¡sería estupendo! Estar en albornoz, notando el aire en el pelo desde ese coche tan grande... aun que tanto viento quizás les hiciera llorar... Podrían ir a la tienda de delfines, bueno, aunque el soldado lo intentaba olvidar rascándose la oreja amarilla. Llegarían a interactuar haciendo hipnosis desde ese coche amarillo. También querían un perro de pelo brillante, que bailara y diera vueltas como una hélice, que fuera valiente que saltara, que tocara el clarinete, que fuera gracioso, que les llamara por su nombre, que le gustara el mar, que fuera como los sharpeis, arrugadito, que cuando les escuchara hablar llevara las zapatillas amarillas en la boca, que soñara con pasteles amarillos... ¡qué divertido es estar aburrido!