Ayer domingo ocurrió algo increíble en mi familia.
Nos juntamos toda la familia a comer, era el ultimo día antes de la vuelta a la
rutina, y decidimos sentarnos en una terracita frente al mar a comer unas
sardinas. ¡estaban tan deliciosas...! Cuando mi abuelo iba por la tercera
sardina, se atraganto, comenzó a toser y a toser y a toser... y cuando mi padre
se levanto para darle un par de palmaditas en la espalada... ¡PLOF! se convirtió en
un gato negro, de ojos amarillos, bigotes largos y dientes y garras afiladas.
Todos pegamos un brinco y nos asustamos. Mi abuela con su servilleta intento
espantarlo de la mesa , mi madre se puso a gritar como una histérica y mi
hermano pequeño también grito como un histérico, pero el de alegría ¡por fin tenia la mascota que tanto tiempo llevaba
pidiendo!
Mi gato-abuelo salió corriendo con sus pequeñas,
pero agiles patitas. Preso del pánico se escondió debajo del primer coche que
encontró. Salí en su busca, sin que el resto de la familia se diera cuenta pues
seguían demasiado conmocionados. Allí estaba él, debajo de un coche azul,
temblando, con los ojos muy abiertos... Lo cogí, se froto en mis manos, y
comenzó a ronronear como si fuera un bebe. A continuación comenzó a lamerme la
cara, como dándome besitos, cuando.... sonó mi despertados y me di cuenta que
tenia a mi pequeña bolita de nieve a los pies de mi cama ronroneando...
¡¡ufff solo ha sido un mal
sueño!!